En respuesta a la presión de Trump, Zelensky dijo que está listo para convocar comicios durante la ley marcial si los socios occidentales aseguran la seguridadEn respuesta a la presión de Trump, Zelensky dijo que está listo para convocar comicios durante la ley marcial si los socios occidentales aseguran la seguridad

Tras la presión de Trump, Zelensky dice que está dispuesto a convocar elecciones en el corto plazo si hay garantías

2025/12/11 02:59

KIEV.– El presidente Volodimir Zelensky, dijo que Ucrania podría celebrar elecciones presidenciales en un plazo de 60 a 90 días si Estados Unidos y otros socios europeos garantizan la seguridad necesaria para realizar una votación en plena guerra, una señal dirigida a Washington en momentos en que Donald Trump cuestiona la legitimidad democrática del país e insiste en un acuerdo de paz con Rusia.

Las autoridades ucranianas, además, presentarán esta semana nuevas propuestas de paz a la delegación estadounidense.

Zelensky respondió así a los dichos de Trump, que en una entrevista el martes insinuó que el mandatario ucraniano utiliza la guerra como pretexto para evitar las urnas y sugirió que ya “no hay democracia” en Ucrania porque no se celebraron elecciones desde el inicio de la invasión rusa.

El comentario coincidió con la posición del Kremlin, que desde hace meses sostiene que Zelensky no tiene mandato válido para negociar un acuerdo de paz.

En respuesta a la presión de Trump, Zelensky dijo que está listo para convocar comicios durante la ley marcial si los socios occidentales aseguran la seguridad

El presidente ucraniano rechazó esas afirmaciones y reiteró que está “listo” para ir a las urnas si la seguridad está garantizada y si se introducen cambios legislativos que permitan votar bajo la ley marcial.

A su vez, explicó que dos factores deben resolverse para habilitar los comicios: cómo organizar la votación bajo ataques de misiles y cómo garantizar el derecho al voto de los soldados desplegados en el frente. “Pido abiertamente a Estados Unidos y, posiblemente, a Europa que ayuden a crear las condiciones de seguridad necesarias”, dijo.

Un proceso electoral hoy ilegal

El mandatario ucraniano desestimó las acusaciones de que evita las elecciones para conservar la presidencia. “Es una historia completamente absurda”, dijo, y subrayó que cualquier decisión corresponde al pueblo ucraniano. Considera que celebrar comicios en plena guerra podría fracturar la unidad nacional en un momento crítico.

Ucrania se encuentra bajo ley marcial desde febrero de 2022, lo que impide la celebración de elecciones nacionales. Además de ser ilegal, una votación en plena guerra conllevaría riesgos extremos por los bombardeos rusos y supone un desafío logístico enorme: casi el 20% del territorio sigue ocupado por Moscú, millones de ucranianos están desplazados en el extranjero y muchos otros viven bajo ataques constantes. También persisten dudas operativas sobre cómo votarían los militares en las trincheras.

La iniciativa ocurre en paralelo a nuevas propuestas de paz y a una marcada reducción en la ayuda militar europea

El mandato de cinco años de Zelensky concluyó formalmente en mayo de 2024, pero la Constitución permite que el presidente permanezca en funciones durante la guerra hasta que un sucesor electo preste juramento, un punto que cuenta con amplio apoyo entre los ucranianos.

No hay un reclamo social significativo para adelantar las elecciones y la mayoría respalda la decisión de posponerlas hasta que la situación militar lo permita.

Aunque Ucrania tiene figuras competitivas que podrían desafiar a Zelensky, ninguna ha confirmado su intención de postularse. El excomandante en jefe Valery Zaluzhny, actual embajador en Gran Bretaña, es considerado un posible rival según encuestas, aunque él asegura que no tiene ambiciones políticas. Petro Poroshenko, expresidente y líder de la principal fuerza opositora, probablemente no será candidato, pero su respaldo podría ser decisivo.

Trump presiona y Rusia celebra

La presión de Trump para que Kiev y Moscú alcancen un acuerdo puso a Zelensky en una delicada posición: debe demostrar apertura a ciertas demandas estadounidenses sin comprometer los intereses estratégicos ucranianos. En su nueva Estrategia de Seguridad Nacional, Washington dejó claro que la Casa Blanca busca “restablecer la estabilidad estratégica con Rusia” y mejorar la relación bilateral, al tiempo que describe a los aliados europeos como “débiles”.

El mensaje fue bien recibido en Moscú. El canciller ruso, Sergei Lavrov, elogió el “compromiso con el diálogo” de Trump y lo describió como “el único líder occidental” que entiende las razones que hicieron “inevitable” la guerra.

Para el Kremlin, la supuesta ilegitimidad de Zelensky es un punto central: el presidente Vladímir Putin repitió en reiteradas oportunidades que el mandatario ucraniano no puede firmar un acuerdo válido porque su mandato habría expirado, una narrativa que ahora encuentra eco en los comentarios del líder estadounidense.

Frente a la presión estadounidense, Zelensky intensificó su agenda diplomática europea. En los últimos días, se reunió con los líderes de Gran Bretaña, Alemania y Francia en Londres, con los jefes de la OTAN y la Unión Europea en Bruselas, y en Roma con la premier italiana y el papa León XIV. El objetivo es asegurar que las futuras propuestas de paz de Washington no estén sesgadas a favor de Moscú.

Según Zelensky, actualmente se analizan tres documentos clave con socios europeos y estadounidenses: un marco general de 20 puntos que cambia de forma constante; un documento sobre garantías de seguridad; y un plan sobre la recuperación y reconstrucción de Ucrania.

Los aliados europeos buscan contrarrestar la presión estadounidense pero económicamente no hacen frente a la quita de fondos de EE.UU. para Kiev

Aun así, el respaldo europeo muestra señales de fatiga. El Instituto Kiel informó que la ayuda militar internacional se redujo drásticamente durante el verano boreal y siguió cayendo en septiembre y octubre, luego de que el gobierno de Trump recortara los suministros a Kiev salvo que fueran financiados por otros países de la OTAN.

Entre 2022 y 2024, la asistencia anual promedió unos 41.600 millones de euros, pero este año cayó a 32.500 millones. Si la tendencia continúa, 2025 será el año con menos nuevas asignaciones desde el inicio de la invasión. Pese a ello, algunos países –como Dinamarca, Finlandia, Noruega y Suecia– incrementaron sustancialmente su apoyo, mientras Alemania casi triplicó su aporte mensual y Francia y Reino Unido duplicaron el suyo. En contraste, España no registró nueva ayuda militar este año e Italia redujo sus ya bajas contribuciones.

Agencias AP y AFP

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