Para bien o para mal el contexto del vino a nivel global difiere del que existe en México y tras el análisis de la situación que se vive en últimas fechas podemos tener un acercamiento hacia el camino que tendrá esta bebida en 2026.
No se trata de jugar al oráculo, pero hay muchas señales que ayudan a gestar estas proyecciones. México: crecer bajo nuevo esquema. Sí, la economía está estancada y no se prevee que vaya a avanzar mucho en el siguiente año. A pesar de ello se espera que le mercado nacional se oriente al valor más que el volumen, lo que se traduce en comprar menos vino, pero de mayor valor.
Deberá haber propuesta, una buena experiencia y sensación de compra inteligente. El estilo fácil de beber gana mercado, al igual que blancos, rosados y espumosos que realmente complementan mucho la gastronomía, mientras que los tintos migran a tener menos barrica.
En menor medida hay una orientación a un consumo más moderado que considera más copeo en restaurantes por un lado y por el otro a formatos individuales y menos protocolarios (latas).
Aunque falta mucho por educar, una parte del mercado ya no busca una cata básica y por eso la saturación de eventos bajará al tiempo que el consumidor busque experiencias más creativas y arriesgadas.
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vino blanco
Más allá del clima, el agua pondrá a los productores a hacer ajustes y a que el crecimiento de elaboración se mejor planeado. No plantar lo que quieres, sino cultivar lo que te conviene.
El crecimiento y la apuesta por vino mexicano e importado seguirá en ascenso, pero ya se avizora más madurez en el mercado. El mundo: menos hábito, más decisión Es clara la caída en el consumo mundial por diversos factores y que cada día el vino se vuelve menos automático y más ocasional; justamente para momentos más especiales o de carácter social.
El vino, como se conoce, no desaparece pero las alternativas bajas o sin alcohol se vuelven categorías paralelas. Amabas se vuelven en una elección para ciertos momentos como un comodín cuando no se desea consumir alcohol.
Muy a la par de alternar entre una cerveza regular y una sin alcohol. Ante un escenario donde regiones padecen o gozan del cambio climático, muchas grandes regiones productoras adelantan sus cosechas y buscan más frescura.
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Vino desalcoholizado
Habrá una depuración de etiquetas en busca de proyectos con identidad y rentabilidad. El vino genérico y la saturación de marcas no están conviviendo con la búsqueda del consumidor por vinos de mejor calidad.
La trazabilidad, la huella ambiental, la transparencia en los procesos y hasta los valores nutrimentales tendrán más importancia para el consumidor y quien no lo demuestre puede quedar fuera del juego.

