BENGUET, Filipinas – Mucho antes de que las carreteras atravesaran las montañas de Kabayan, antes de que los folletos turísticos lo llamaran místico, el pueblo de Benguet medía sus estaciones no por fechas en un calendario sino por el canto de un pequeño pájaro de garganta roja. 

Mientras el pueblo celebraba su 125º aniversario de fundación y el 4º Festival Kiling el jueves, 27 de noviembre, el pequeño pájaro migratorio kiling (petirrojo siberiano) volvió al centro del escenario, trayendo consigo memoria, mito y el latido de la identidad Ibaloy.

Kabayan – un pueblo de más de 15.000 personas, en su mayoría de ascendencia Ibaloy – se denomina a sí mismo la cuna de la cultura Ibaloy, y el festival es un recordatorio de lo que esa cultura valora.

El folclore local habla de un astuto kiling, cuya garganta color rubí una vez engañó a una rata para que se cortara su propio cuello por envidia. Es un cuento que los niños Ibaloy aprendían como una canción de cuna, una historia que inculcaba valores de ingenio y supervivencia en una sola criatura de plumaje brillante.

Pero el kiling desempeña un papel más allá del mito. Para generaciones de familias Ibaloy, sus llamados agudos y nítidos señalaban el fin de las tormentas y la llegada del tegin, la temporada fría traída por los vientos del amihan (monzón del noreste), lo que significaba el inicio de la siembra de arroz. En los viejos tiempos, el pájaro significaba seguridad, renovación y la promesa de alimento.

"Kiling nos recuerda que las lluvias han pasado, y comienza la nueva temporada de siembra", dijo el alcalde Rex Alwin Aquisan. "Su canto fue una vez nuestra guía".

Preservando la identidad

La celebración de este año, realizada en los terrenos municipales de Poblacion, reunió a ancianos, jóvenes, artistas culturales y visitantes para honrar al petirrojo siberiano, el pájaro que viaja desde el norte de Rusia hasta estas montañas de la Cordillera cada invierno. 

Estudiantes en devit (niñas) y taparrabos (niños) interpretaron el Kiling-Tinikling, una danza de fusión conceptualizada por el difunto ex alcalde Faustino Aquisan, combinando los movimientos del pájaro con el ritmo familiar del tinikling, la danza folclórica en la que tradicionalmente una mujer entra y sale de dos largos postes sostenidos cerca del suelo. 

Las escuelas montaron actuaciones, desde la representación teatral de la leyenda del kiling por la Escuela Integrada Abucot hasta exhibiciones etnoculturales modernas de los estudiantes de Ballay y Tawangan-Lusod.

Una tradición en riesgo

Sin embargo, detrás de la celebración yace un silencioso dolor. El antiguo ritmo del cultivo de arroz se ha desvanecido. Kabayan cultivaba antes el kintoman (arroz rojo) de herencia, el grano utilizado para hacer tapuy (vino de arroz), que tardaba de siete a ocho meses en cosecharse. Hoy, solo un puñado de agricultores todavía lo plantan.

La economía impulsó el cambio. Los cultivos de vegetales significaban una rotación más rápida y mayores ingresos. Las laderas de Kabayan, incluso cerca del Monte Pulag, se transformaron lentamente en jardines de repollo, coliflor y patatas, convirtiendo al municipio en un importante productor de vegetales en Benguet.

A pesar del estímulo gubernamental para revivir el arroz de herencia, la realidad sigue pesando más que la nostalgia. Las familias deben sobrevivir.

El tema del festival, "Uniendo Generaciones a Través de la Cultura y el Progreso", captura el delicado equilibrio que Kabayan intenta lograr: honrar el pasado mientras navega por las demandas del presente.

Para Aquisan, el mensaje tiene una resonancia más profunda, especialmente después de que el Supertifón Uwan (Fung-wong) impactara el pueblo semanas antes, dejando daños y miedo a su paso.

Uwan, el 21º ciclón tropical que golpeó el país este año, azotó Luzón con lluvias implacables y vientos feroces. Golpeó Aurora como un supertifón el 9 de noviembre, luego se debilitó a tifón al día siguiente mientras avanzaba sobre las escarpadas montañas del norte de Luzón.

Arrasó el país, obligando a 1,4 millones de personas a huir de sus hogares y trastornando las vidas de 3,6 millones en 16 regiones y 66 provincias. Los funcionarios reportaron 27 muertos, carreteras y puentes dañados, y escuelas y lugares de trabajo cerrados mientras las comunidades luchaban por hacer frente a las secuelas de la tormenta.

"El Festival Kiling, inspirado en el pájaro cuyo canto una vez significó seguridad después de las tormentas, tiene un mayor significado para nosotros ahora", dijo a los residentes durante su mensaje del festival. "Fuimos probados nuevamente. Pero como el kiling, Kabayan se levantó".

"Después de cada tormenta, hay renovación. Después de cada dificultad, un llamado hacia el progreso. Y después de cada desafío, Kabayan permanece unido... Que nuestros hijos hereden no solo la memoria de este festival sino el amor por nuestro patrimonio", agregó. – Rappler.com