La Cámara de Diputados recibió hace unos días dos iniciativas del Ejecutivo federal que buscan modificar las características de las monedas de veinte y diez pesos, con el objetivo de incentivar su circulación, reducir costos de producción y modernizar sus materiales.
Los proyectos, turnados a comisiones, retoman estudios del Banco de México que apuntan a un fenómeno cada vez más visible, y es que las monedas de veinte pesos casi no circulan porque la población suele guardarlas como piezas de colección, lo que limita su función cotidiana como efectivo.
De acuerdo con la iniciativa, hasta 57% de las personas reconoció que guarda las monedas de veinte pesos de nuevo diseño, ya sea por considerarlas representativas o útiles para ahorrar, lo que impide que regresen al flujo monetario
El Banco de México documentó, además, que 79% de la población percibe estas monedas como "no tan comunes" y que, en muchos casos, “no les llegan” porque quienes las reciben prefieren conservarlas.
La iniciativa plantea tres objetivos principales:
1. Incentivar su uso cotidiano
El documento detalla que, desde 2013, Banxico observa que el público rara vez utiliza esta denominación para transacciones diarias. Por ello, propone estandarizar el diseño y las características físicas de las monedas de veinte pesos para facilitar su reconocimiento y autenticación.
2. Modificar la composición metálica
Se sugiere adoptar materiales más económicos, similares a los usados en las monedas conmemorativas acuñadas desde 2019, que combinan bronce-aluminio y alpaca plateada en el centro. Esta transición reduciría costos y permitiría que las nuevas piezas se procesen de manera más eficiente en equipos automatizados de pago y clasificación.
3. Unificar un motivo temático genérico
La propuesta contempla que el diseño permanente represente el Templo de Kukulkán en Chichén Itzá, símbolo reconocido a nivel nacional e internacional, y que incorpore elementos de seguridad como una imagen latente en el reverso
El análisis de Banxico señala que la forma dodecagonal, que es la más común entre las monedas conmemorativas recientes, es mejor aceptada entre la población, más fácil de manipular y más inclusiva para personas con discapacidad visual. El 88% de las personas participantes en estudios de 2022 prefirió este formato
Durante un periodo de transición, las monedas actuales de veinte pesos seguirán en circulación hasta que el Banco de México determine su retiro.
La segunda iniciativa recibida en San Lázaro propone cambiar la aleación del núcleo metálico de la moneda de diez pesos, actualmente elaborada con alpaca plateada, con el fin de reducir costos de fabricación y mejorar la eficiencia del proceso productivo.
El Ejecutivo sugiere sustituir la aleación actual por acero recubierto de níquel, material que ofrece:
Las evaluaciones incluyeron estudios de deterioro acelerado, exposición a ambientes húmedos y salinos, pruebas de fuerza y autenticación en equipos de alta velocidad. En todos los casos, los resultados mostraron que el acero recubierto de níquel es una alternativa viable y resistente, sin afectar el comportamiento esperado de la moneda en circulación
No. La denominación, forma y diseño general se mantienen. El ajuste se limita a la composición de los materiales empleados en la parte central de la moneda.
En la propuesta también se detalla la composición precisa del nuevo material, así como los pesos tolerados para asegurar la estandarización entre piezas.
Ambas iniciativas responden a necesidades distintas pero complementarias:
Las iniciativas se encuentran en proceso legislativo. De ser aprobadas, ambas prevén un periodo de convivencia entre los modelos actuales y los nuevos. El retiro de las monedas anteriores quedaría bajo responsabilidad del Banco de México.
Por ahora, las monedas de diez y veinte pesos siguen teniendo curso legal y valor pleno, por lo que la ciudadanía puede utilizarlas sin restricciones.

