La red Bitcoin continúa aumentando su potencia computacional global al alcanzar un máximo histórico de 1.000 petahashes (1 zetahash). Sin embargo, este récord viene con una desventaja. El precio unitario del trabajo computacional ha disminuido y ahora es menos de $40 por PH/s/día, lo que es un valor muy crítico y motivo de preocupación para muchas empresas mineras.
La razón de esta caída en el valor es la combinación de varios factores como una recompensa de minería recientemente reducida a la mitad, mayor competencia y precios de energía más altos.
El aumento federal y continuo de la tasa del hash obligó a los especialistas en minería a gastar cada vez más en potencia de cálculo mientras las recompensas disminuían, lo que resultó en una caída en los ingresos por bloque. Además, hay algunas regiones donde la electricidad se está volviendo escasa y sus precios están aumentando, por lo tanto, las actividades de minería son menos rentables en estas áreas.
Al mismo tiempo, la presión de la competencia cada vez mayor está forzando la actualización tecnológica permanente con dispositivos más costosos y que consumen más energía. Para salir de la situación de crisis, la mayoría de los actores han llevado la transición de fuentes fósiles a renovables a convertirse en una cuestión de velocidad más que de cumplimiento.
Esta tendencia de energía verde es una palanca de supervivencia para la economía más que una cuestión moral. Además, algunos actores están dispuestos a aprovechar el avance científico para optimizar el consumo de energía, como los ASIC adaptativos impulsados por IA que podrían controlar el consumo de energía según el algoritmo dado.
También lee: Bitcoin aumentará un promedio del 21% anual durante los próximos 21 años
La actual crisis de márgenes está sirviendo como fuerza impulsora detrás de los cambios estructurales en la industria minera; decidir aprovechar la innovación tecnológica y el arbitraje energético estratégico serán los únicos ganadores. Por lo tanto, tener muchos recursos de energía renovable baratos puede ser una gran ventaja para un lugar, mientras que, por otro lado, las áreas que consumen mucha energía pueden enfrentar el problema de perder a sus operadores.
Al final, el cambio en el sector energético tendrá una profunda influencia en el futuro de la geografía minera. Volverse verde es una necesidad para la supervivencia de los mineros de Bitcoin, más que una buena acción. Será interesante ver cómo estos mineros desarrollan nuevas formas y se adaptan a los cambios en la industria mientras siguen obteniendo ganancias y manteniendo su impacto en el medio ambiente al mínimo.
También lee: Ethereum apunta a $3550 mientras ETH sigue el impulso de Bitcoin a través de niveles clave
